TRES OBRAS DE ARTE

en constante evolución

Si a un niño se le "quiebra el espíritu" a fin de que se amolde al sistema, castigando sus exuberantes sentimientos amorosos y sensuales, a partir de entonces los suprimirá. Su espíritu quedará aplastado por la verguenza sufrida, y cuando sea adulto ésta se manifestará en sentimientos de culpa e inseguridad neurótica. Tendrá miedo de la vida y procurará ponerla bajo control. En vez de aprender a "ser", le obsesionará el "hacer",el desempeño que silencie sus temores.
Alexander lowen

domingo, 13 de diciembre de 2009

Crianza, violencias invisibles y adicciones .Las cosas no están fáciles para nosotras, las mujeres, divididas entre la conquista del mundo externo y la reapropiación de las instancias femeninas. Cuando, además, aparece el niño pequeño con necesidades básicas impostergables, demandando amor, brazos, paciencia, comprensión, leche, cuerpo, mirada y sostén, sentimos que la voracidad del bebé es exagerada y que no podemos abarcarlo todo. Si no comprendemos la angustia y desesperación que nos inunda, solemos utilizar las opiniones actuales sobre educación y crianza de los niños para resguardarnos en el hecho de abandonar al niño y salvarnos. Así, se establece una "guerra de deseos" en el vínculo con el propio hijo, aun cuando se trate de un bebé deseado, esperado y amado, que también nos llena de ternura y compasión.
Este libro propone recorrer honestamente nuestras historias personales, para corroborar que la imposibilidad de rendirnos a las necesidades del bebé, tiene una razón de ser, en la medida en que nosotras mismas provenimos de historias primarias de carencias afectivas y desamparos; y para darnos cuenta de que la conciencia y el trabajo sobre nosotras mismas pueden producir verdaderos lazos de amor y generar una revolución vincular.

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